martes, 29 de noviembre de 2022

Una chica lista o una lista chica

 

Foto de Ron Lach

A ella, a los dieciséis años, ese consejo del orientador de su colegio le sirvió y nunca dejó el hábito. Cuando digo nunca, es nunca o siempre, que es lo mismo que un hasta ahora sin interrupciones. Ducha a las 7.05, primero el champú, luego el enjuague del pelo para dejar el acondicionador actuar por tres minutos, en ese tiempo, con una esponja natural, esas que se pudren lueguito, aplicar jabón por todo su cuerpo y luego dejar correr el agua por toda la superficie. Tenía que ser una esponja natural porque, además de todo, hay que ser ecológicas y no contribuir a la presencia de microplásticos en el mar. Debía terminar con un chorro de agua fría para concentrarse. Vestirse. Tomar desayuno: té con leche, pan tostado con mantequilla. Sentarse dos minutos para soportar las náuseas. Agarrar la mochila y partir. Si tenía prueba, debía recordar los temas que había estudiado. Si no había prueba, podía saltar todas las rayas de las veredas, contar autos de un determinado color o las veces que saludaba a cualquier persona en el camino. ENFOCARSE, ese era el objetivo. Tenía una libreta pequeña donde anotaba un punto por cada tarea del listado y los distractores cuando no había podido cumplir. Los días eran soportables si podía completar la lista, así no dejaba tiempo para la imaginación o fantasías dañinas como decía su orientador. Alguien tan talentosa no podía desperdiciar su tiempo en ocupaciones pedestres como divertirse a la salida con sus compañeras ¡menos con los compañeros! − Soy hombre, por eso se lo digo Señorita. En relación con ese tema, le recomiendo hacer un listado también, pero no ahora, en unos años más, cuando haya conseguido algo en la vida − . Diez años después tenía al menos ocho cuadernos de cien hojas, con cuadriculado chico, lleno de listas, listados de obligaciones, de libros por leer, de películas por ver, de lugares por visitar, de materias por estudiar, de deseos por cumplir, de fantasías por desarrollar, de delirios en los cuales zambullirse, listados de lo que no había hecho por hacer listados. Listas y listas, de una chica, ya no tan chica, que parecía lista y no lo era tanto como creía el orientador y algo más de lo que ella creía de sí misma. Se equivocó el orientador, por no incluir el listado de las fantasías permitidas en el desarrollo de la chica lista, el listado de sueños aumentó en forma peligrosa de tamaño, de modo que ya no cabía en cuadernos y ya no se podían escribir en forma vertical. Eran redondas, sinuosas, en espiral, en subidas y bajadas. Por hacer listados atrasados, se tituló con retraso. Por vivir solo entre mujeres, el único referente de hombre-sucedáneo-de-padre que tuvo fue el orientador que la convenció de que su talento era suficiente para todo. Una chica lista no necesita ser linda, o seductora o bailar bien. Un chico listo no la miraría por esas cosas, se acercaría por su capacidad. 

Ventajas de una chica que por lista no fue chica. Ventajas de no tener listas. Ventajas de no conocer un chico listo, listillo o que se pase de listo. Ventajas de conocer un chico listo, no tan listo y que no haga listas. 

No sé por qué me hice su amiga. Aburría a todos, a mí también, debió ser mi tendencia a identificarme con las personas que los demás dejan solas. Creo que me llamaron la atención esos papelitos que olvidaba por todas partes con listas de cosas, desde sus gastos en dulces y golosinas, hasta de los depósitos que su padre debía de la pensión de alimentos, pasando por cualquier cosa en realidad. Creo que logré convencerla de que los listados no servían para todo, que tenía que relajarse. Creo que me largué en un discursito cliché buena ondis, cuántico, multi universal y también hice una lista:

Amiga, para dejar de hacer listas tienes que:

-       Reconocer y gestionar tus emociones.

-       Usar flores de Bach

-       Recurrir a los imanes

-       Fluir con el universo o entre universos

-       Meditar para vibrar más alto

-       Tienes que desapegarte, soltar.

-       Trabajar tu ego para identificar su influencia

No entiendo ni papa o ni coco, si prefiere la fruta en vez de un tubérculo, pero he visto que los remedios de moda en Instagram y Tik Tok son esos. Como el destino hace lo suyo, eso dicen también, yo misma le presenté a un chico listo, listo, súper listo y lindo, muchas eles, pero un poco longi; se lo advertí − Recuerda, el chico listo, es hombre. − Eso dice una cuando quiere decirle a su amiga que no se enamore porque la lista de daños y perjuicios no aparece ni en la letra chica de ese contrato. Tampoco se le dice que cuando una advierte los peligros, suele ser demasiado tarde. El chico listo la dejó y al poco tiempo comenzó a salir con otra chica, que no supimos si era lista. Queríamos creer que no, porque una amiga solidariza al pensar y explicitar que no había nadie mejor para él que la chica lista que es amiga de una. Porque las chicas tenemos un código, lo que no nos gusta ver es que la nueva chica también tiene amigas y acordarán que el chico listo tomó la mejor decisión.

Congeló un semestre, no me contó. Se fue a vagabundear. Algo se conmovió en el corazón del padre cuando supo de lo triste que estaba por el chico listo, tanto se afectó que pagó la deuda completa de la pensión de alimentos con intereses retroactivos. Dejó sus ocho cuadernos de listas, más un montón de papelitos inconexos en un closet de la casa de la madre ¿Cómo sé de eso? Porque, igual que el diablo vendiendo cruces, también me enamoré de un chico listo, lindo, luminoso, locuaz, libanés. No, ¡ja!, eso lo puse solo para agregar otra ele. Egresó de derecho antes que nosotras. Lo conocí en una toma, la energía universal fluyó y fluyó tanto que anduve flotando por un semestre completo. Necesitaba a mi amiga que me aterrizara, pero ella se fue. Ni mil agujas de acupuntura lograron hacer que bajara de mi globo de color. Hasta que el costalazo fue tan terrible que ella, desde donde estuviera, se acordó que existía y me escribió. Me dijo que buscara en su cuaderno número ocho, en la página 155, segundo párrafo, encontraría el listado que necesitaba para cuando me diera por extrañar a mi propio chico listo. ¿Adivinó?:

-       Guarda fotos de su actual polola y la miras cada vez que quieras verlo, llamarlo, escribirle

-       Acuérdate de todas las veces que esperaste y no llegó.

-       Una canción puede hacer una diferencia: solo escúchalas cuando no puedas escribir en el teléfono.

-       Renueva la playlist.

-    Como sea, para tu bien y para tu mal, tu chico listo es hombre, no por listo deja de pertenecer a esa especie y está entrenado para serlo. (¡incluyó aquí lo que le dije!)

Eso hago, miro la foto de su polola, ahora novia, cada vez que lo extraño y me hace bien, me acuerdo de cuando lo necesité y no hizo ningún amago de acercarse, cambié mis canciones, aunque no sirve de nada y me acuerdo de que Mr. Darcy no es hombre, es el personaje de una novela.

Lo mejor de cuando la chica lista regresó es que nos juntamos cerca de la universidad una tarde y casi de forma simultánea llegamos a una conclusión que nos devolvió las carcajadas, es obvia, si usted es o fue una chica lista y más si es o fue un chico listo.


George Michael, Father Figure https://youtu.be/m_9hfHvQSNo

https://youtu.be/9yBYRlh3foA



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