- Los humanos no saben que podemos ser felices.
- ¿No lo notan en el movimiento de la cola ni en la lengua
colgando o en la agitación de los movimientos?
- No, creen que todo lo que hacemos gira en torno a ellos y
a la comida.
- Ya, apúrate sal por aquí. Yo te levanto la reja, pasa
rápido. Después paso yo.
- ¡Salimos!,¡Solo nos queda atravesar 3 patios más y a
pasear!
- ¡Mira, hay agua ahí!
- ¡Jajajajajajajajaja! Quedaste con el hocico todo
embarrado.
- Allá están los amigos encerrados, tampoco los dejan salir.
Vamos a verlos.
- ¡Vamos!
Corrían libres por el barrio, las orejas al viento, el pelo
largo agitándose hasta antes de pasar por charcos de agua, luego serían un
puñado de motas embarradas y apelmazadas. A veces uno corría en una dirección y
el otro en otra, luego ladraban y volvían a encontrarse. Exploraban árboles,
jardines, caminos nuevos. Marcaban el territorio como si no fuese a haber otra
oportunidad.
- ¡Corre, corre! Ahí andan en auto buscándonos y
llamándonos. ¿viste que nos quieren?
- ¡Escóndete, ahí, detrás de ese auto! Seamos libres un rato
más. Después nos vamos a la casa.
- ¡Ya!
Se largaron de nuevo en una gran carrera, correr rápido,
sentir el corazón agitarse, el aire en la nariz, diferentes olores. Era un
verdadero festival de libertad.
Pasearon por horas, no respondieron a los llamados de sus
humanos, pero estaban contentos de ser buscados.
- Esto es la felicidad entonces.
- Sí, pero también soy feliz en nuestro patio, en los
rincones nuestros. Molestando a los humanos, comiendo esa comida segura en la
mañana y en la tarde, persiguiendo pájaros. Llevando los ratones muertos cerca
de la ventana y escuchar el grito de asco de la humana mayor.
- ¡Jajajajajajajaja! verdad y echarse de espaldas para que
nos acaricien el vientre. Eso también es ser feliz.
- Eso es lo que no entienden. La felicidad tiene matices, a
veces se parece a un relámpago seguido de un trueno estremecedor…
- Esos que te dan pánico.
- Sí, esos.
- y otras veces es como una tarde de verano bajo un árbol
que da gran sombra.
- Pero conozco a muchos que se la pasan tratando de morder
los relámpagos lo mismo que neumáticos de los autos.
- No se puede, pero es emocionante intentarlo y cuando
salimos así, cuando nos escapamos, es eso, morder el relámpago.
- ¿Aunque venga el trueno?
- Aunque venga el trueno y comience a tiritar entero.
- Cierto, la gama de sensaciones es el registro de la vida.
- No quiero esa vida mimada, llena de comodidades y
seguridad comprada.
- ¿Cómo esos que usan chalecos, adornos y hasta zapatos? ¡Ah,
no! Máxima humillación. También prefiero honrar a la antigua manada, alguna vez
fuimos salvajes y no me quiero parecer a los humanos.
- En todo caso, nosotros somos bien privilegiados te diré.
- Lo tengo claro: comida segura, cariño y pertenencia ¿qué
más se puede pedir?
- ¡Esto pues! Nuestro paseo por el lado salvaje, como dice la
canción de Lou Reed Walking on the wild
side.
- Algunos no salen por miedo y no me refiero al miedo de
perder la seguridad, sino a la angustia del paseo, al miedo a lo inesperado, a
lo desconocido a querer quedarse afuera también.
- Así es, he visto eso. Que triste, se les pasa la vida solo
imaginando como sería pasear.
- ¡Corre, corre! ¡Viene ese grandote a buscar camorra!
Huyeron despavoridos por el pequeño bosque cercano y
lograron despistar al grandote. El corazón les latía a mil, la lengua se
alargaba y los músculos estaban un poco flojos.
- No olvidaré este paseo.
- ¡No! Corramos un poco más, mientras aún se puede. Aunque
nos dé miedo, aunque sepamos que un día no habrá más paseos.
Corrieron hasta agotarse, cuando la sed de agua limpia y el
hambre se hicieron muy intensas, volvieron a la casa. Muy exhaustos como para regresar
por su escape secreto, se dedicaron a ladrar en la puerta de la casa.
La humana les abrió, los miró detenidamente: cansados, sedientos, sucios y mojados. La escucharon decir – si no fueran perros, juraría que son felices.
La humana les abrió, los miró detenidamente: cansados, sedientos, sucios y mojados. La escucharon decir – si no fueran perros, juraría que son felices.